El balance energético en los edificios consiste en conseguir la misma suma de ganancias y pérdidas energéticas.
Para conseguir el balance energético es necesario vigilar las pérdidas que puedan producirse en el edificio tales como infiltraciones de aire o una mala envolvente del edificio. Sin embargo, estas pueden ser contrarrestadas mediante un buen diseño con el que podamos obtener ganancias solares.
Un claro ejemplo de balance energético son las passivhaus o casas pasivas, con un consumo de energía casi nulo.