Un sistema de calefacción central es un sistema de calefacción colectiva que calienta todos los radiadores de un edificio simultáneamente. En la mayoría de los casos, también suministra agua caliente en un circuito de calefacción independiente. Algunos sistemas de calefacción central utilizan calefacción urbana de un proveedor de energía, otros utilizan calefacción local. Cuando se utilizan sistemas de calefacción central locales, se instala una caldera o una caldera de condensación en la sala de calderas. Los principales combustibles utilizados son el gasóleo o el gas natural.
El calor producido por la combustión se alimenta directamente al intercambiador de calor, que lo utiliza para calentar el agua de calefacción, o se complementa con el calor de condensación de los gases producidos, en el caso de las calderas de condensación. Las bombas de circulación se utilizan para hacer circular el agua de calefacción en el sistema de tuberías de calefacción y suministrar calor a cada radiador, que luego se puede regular mediante termostatos ubicados en los radiadores. El agua de calefacción enfriada vuelve a la caldera y el ciclo se completa.
Los sistemas de calefacción central modernos también se pueden combinar con fuentes de energía alternativas, como la energía solar térmica o las bombas de calor, que el gobierno subsidia. Las minicentrales térmicas modulares como fuente de energía para la calefacción central pueden producir electricidad además de calefacción y agua caliente mediante cogeneración.