Una cascada consta de dos o más calderas, de la misma o diferente potencia, y que pueden utilizar el mismo o diferente combustible. Este tipo de instalaciones son aconsejables para situaciones en las que la demanda térmica sea muy variable, como en hoteles o comunidades de vecinos, en las que en determinados momentos del día pueden experimentar picos muy altos de capacidad y viceversa.
Conoce nuestra gama de calderas