La etiqueta energética ofrece información sobre la eficiencia energética del producto. El sistema de clasificación consta de 7 letras con sus correspondientes colores, que representan un porcentaje de consumo energético estimado sobre la media de los electrodomésticos diseñados para la misma función.
De esta forma, un producto clasificado con la letra A consumirá un 55% menos que la media, mientras que otro clasificado con la G consumirá un 25% más aproximadamente. La etiqueta A ha sido a su vez clasificada en A+ y A++, significando cada una de ellas un 10% menos de consumo de energía que la anterior.