Los sistemas de calefacción se ven afectados por una o más variables de entrada y de salida como, por ejemplo, la radiación solar o la temperatura exterior.
La modulación es la adaptación automática y continua de la salida del quemador de un sistema de calefacción a la demanda de temperatura deseada. Como resultado, la energía utilizada se usa con moderación, ahorrando energía y dinero.